La Abuela Regina
La Abuela Regina
Hablar de Café Regina es hablar de tradición cafetera en origen. Es el resultado del relevo generacional de una pasión y profesión familiar ligada al entorno cafetero desde hace más de cien años en Colombia. En este tiempo, el ansia por la calidad en la producción se ve reflejada en la exhaustiva selección de variedades especiales, en el mimo y cuidado del cafeto(planta del café), la rigurosa recolección de los frutos en su momento óptimo de maduración, y el control de los procesos de secado.
Sería Regina Isaza, nacida en 1920 en el seno de una familia humilde y ahora recordada en el idiolecto familiar como “Abuela Regina”, quien inicia el legado con el que se asentarán las bases de una actividad caficultora en la región de Pácora (Caldas), perteneciente al famoso “Eje Cafetero” colombiano. En dicha región, hoy día reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la fertilidad de la tierra arropa al núcleo familiar de la “Abuela Regina” con una agricultura de subsistencia en torno al café. Con esfuerzo y dedicación, los once hijos de Regina colaboran arduamente en las tareas diarias de cuidados de la finca bajo métodos puramente artesanales debido a la irregular orografía de la cuenca andina.
La pasión cafetera nutre a la familia de carisma, y acompaña las extenuantes jornadas de trabajo en todo momento: ya sea la del café “pintado” con leche recién ordeñada en las mañanas, el refrescante café frío en tinaja de barro de mediodía(hoy después de muchas décadas conocido como cold brew), el potente café negro de la tarde para reponerse, o el último café reposado de la noche para compartir las anécdotas del día. Nada impedía que incluso los niños convivieran desde edades tempranas con sus cafés clareados, haciendo que el café fuera el aroma común de todos los hogares, ya sea para calmar la sed como para levantar el ánimo tras el esfuerzo titánico que acarreaban las tareas campestres. Como dato curioso, se cuenta que un sobrino de la Abuela Regina sacerdote prestaba tanta atención a la finca que incluso llegaba a anteponer sus labores en la finca a las clericales. En definitiva, el café se convierte en epicentro cultural y gastronómico de la región, tanto con fiestas populares durante el tiempo de siembra y cosecha como en el maridaje junto con las famosas arepas autóctonas a base de maíz.
En lo que refiere a la agricultura, siempre se apostó por métodos tradicionales completamente manuales, en los que por ejemplo se aprovechan todos los elementos orgánicos de la planta: las hojas caídas se funden con el “mantillo” natural para preservar la humedad, de las cerezas se aprovecha la cáscara para el compostaje, y fruto de este compostaje con la microfauna selvática se renutren los campos cafeteros con esta materia orgánica rica en minerales. Esto se suma a procesos de criba, lavado y secado desarrollados empíricamente y en exclusiva para cada variedad. De este método orgánico, se consiguen más nutrientes naturales para la fruta lo que finalmente se traduce en más aromas, mejor gusto, y más carácter. Dirigidos por un matriarcado que aboga por un producto de máxima calidad, y ésta familia sigue unida en torno al café. Asimismo la cooperación interfamiliar en los poblados dedicados al café logra establecer lazos que con el tiempo desembocarán en la afiliación con la Asociación Nacional de Cafeteros de Colombia, más que reconocida internacionalmente por sus altos estándares de calidad.
La Abuela Regina con su marido.
La figura de la Abuela Regina, presente con este escudo en todas nuestas cafeterías.
Le tocaría a Mario Gil, nieto de la “Abuela Regina” proseguir la tradición dando un salto hacia Europa, y asentándose en las Islas Canarias hace más de 20 años. Establece la marca Café Regina inspirándose en sus raíces y la prominente figura de la “Abuela Regina”, quien otorga nombre al proyecto, y a día de hoy materializa toda la herencia recibida. De este modo ha logrado consolidar puntos de venta propios y especializados con el café Origen Colombia como estandarte.
En la actualidad se importan directamente del caficultor granos de fincas selectas de la Cordillera Andina: Caldas, Tolima, Antioquia, Risaralda, Nariño y más, así como de nuestra propia finca “Villa Regina” situada en la región de La Tebaida(Quindio) donde se cultivan bajo agricultura orgánica variedades como la Típica, Caturra, Bourbon Rojo, etc. Tostando el grano artesanalmente en Canarias conseguimos mantener las mejores cualidades organolépticas de cada lote. Estos cafés de especialidad avalados por las Cooperativas de Colombia se pueden degustar en nuestras cafeterías: baristas certificados en latte-art , preparan AeroPress, Chemex, Cold Brew y cócteles a base de café. Dentro de este camino estamos satisfechos de haber logrado premios como Mejor Espresso de Canarias, Mejor Latte-Art de Canarias, Finalistas de Aeropress España, o más recientemente Mejor Latte-Art de España(Forúm Cultural del Café 2019-Vigo).
Acompañamos estos cafés con una gran variedad de desayunos y comidas de elaboración propia, conjugado con un atento servicio en nuestros locales de auténtica ambientación cafetera regional colombiana para así ofrecer una experiencia extrasensorial: #MomentosCaféRegina. Además ya se puede visitar nuestra Villa Regina para experimentar de primera mano una vivencia cafetera integral. Nuestro afán de difundir y compartir la pasión por el café nos ha llevado a una expansión a través de franquicias y distribución del café en diferentes formatos: cápsulas, lata, bolsas orgánicas, ya sea en grano o molido, superando las 50 toneladas anuales de importación y encontrando cada vez mejor acogida tanto en la exigente clientela local como internacional.
El futuro de Café Regina también va tomando relevo generacional con la introducción al mundo del café de especialidad de los hijos de Mario Gil, Alejandro y Mario: ya experimentan con la profesión barista y los distintos métodos de extracción, el desempeño en el tostado con microtostadoras gourmet, y la difusión mediante talleres y catas, así como una mercadotecnia que apuesta fuertemente por la innovación, el contacto directo con el cliente como soporte de una cultura cafetera de calidad.
En continua búsqueda de la excelencia desde las raíces.